Paris Saint-Germain no tuvo problemas para vencer a Marsella en el Velódromo. El ambiente era tenso ya que acababan de ser eliminados por sus eternos rivales en la Copa de Francia, y una nueva derrota podría acabar acabando con la paciencia de la afición parisina, que últimamente ha tenido más de una bronca con sus jugadores. La tensión era tan tensa que 32.000 se presentaron al último entrenamiento del PSG.
El partido contra el Marsella estuvo marcado por la alianza Mbappé-Messi. Jugaron como nunca sin Neymar y cerraron la primera parte. El primero fue Leo en sustitución de Kylian, que se quedó solo ante Pau López para definir tras una perfecta distancia de rotura, y luego Kylian sustituyó a Leo, rematando un pase de la muerte ante toda la defensa marsellesa.
Galtier optó por una defensa de tres hombres, con dos carreras largas y tres centrocampistas. Todo hacía pensar que el plan se repetiría ante el Bayern de Múnich, pero la baja clave fue Presnel Kimpembe, que sufrió lo peor que puede sufrir un jugador frente a la Olimpiada, una de las lesiones graves. Dejó el campo en camilla con una rotura del tendón de Aquiles.
En la segunda parte, Mbappé volvió a hacer pareja con Messi para poner el broche de oro al partido. 0-3 en el marcador 8 puntos de ventaja sobre el Marsella (su mayor perseguidor). Una derrota en la Liga de Campeones podría acabar rápidamente con la temporada de los parisinos.